domingo, 12 de marzo de 2017

Virus de la hepatitis

Virus de la hepatitis


Imagen obtenida de:
https://plantasmedicinales.net/remedios-naturales
/5-plantas-medicinales-para-cuidar-el-higado/
Los virus de la hepatitis se clasifican con diversas letras del alfabeto y, aunque los diversos tipos de este virus poseen características en común, tienen diferencias estructurales y de evolución clínica importantes de remarcar es por esto que a continuación expondremos brevemente cada uno de ellos haciendo hincapié en sus características mas distintivas.

Virus de la hepatitis A

La hepatitis A es un virus compuesto de ARN que es clasificado como un picornavirus  que luego se clasificó en la familia de los heparnavirus, también se conoce como hepatitis infecciosa ya que su vía de transmisión en fecal-oral, tan solo se conoce un seorotipo de este virus.

Es un virus resistente al medio ambiente que es muy común en los países subdesarrollados debido al hacinamiento y la deficiente higiene, como ya se mencionó su vía de transmisión es fecal-oral debido a alimentos (por ejemplo almejas y ostras) y/o fómites contaminados. Cuando el virus es ingerido llega al intestino donde por medio de la circulación enterohepática llega a los hepatocitos y las células de Kupffer donde se replica para que luego se secrete por la bilis de vuelta al intestino y así llegar a la materia fecal.

Imagen obtenida de:
http://terapiaherbal.com
Esta enfermedad causa una afección aguda en el hígado cuyos síntomas aparecen entre 15 y 50 días luego de la infección, llegando a ser peores de 4 a 6 días antes de que aparezca ictericia; ademas el virus solo se puede diseminar durante los 14 días antes de la aparición de los síntomas. Los síntomas pueden incluir los siguientes listados: fiebre, hepatomegalia, ictericia, dolor abdominal, anorexia, acolia, coluria, nauseas, vómitos y mialgias.




Se pueden realizar diversos exámenes para confirmar el diagnóstico de hepatitis A como la detección de IgM anti VHA o un R.I.A (Radio inmuno analisis), pero usualmente se utiliza la cronología clínica para realizar el diagnóstico.

Además de la prevención por medio de una correcta higiene, en Estados Unidos existe una vacuna inactivada frente al VHA que se usa en los niños a los 2 años de edad y en adultos que ya se hayan aplicado la vacuna contra el VHB.

Virus de la hepatitis B 

La hepatitis B es un virus ADN que entra en la clasificación de los tipos de hepatitis séricas, además es una enfermedad que tiene un tiempo de incubación largo lo cual la vuelve una enfermedad crónica; sin embargo aun existe la posibilidad de una infección aguda.

Este virus posee tres antígenos los cuales le confieren ciertas características a este virus, los antígenos son los siguientes:
  • HBeAg: Antígeno e
  • HBsAg: Antígeno de superficie antes llamado antígeno Australia, este antígeno tienen que estar presente durante la infección por hepatitis D, de otra manera el virus de la hepatitis D será inocuo.
  • HBcAg: Antígeno del core
Conocer los antígenos anteriores es importante ya que por medio de la cuantificación y la presencia de estos en la sangre del paciente se puede conocer el estadio clínico del mismo, de la siguiente manera:
  1. Si se detecta el HBsAg y el HBeAg en la sangre es equivalente a la presencia de una infección activa.
  2. La detección del HBsAg continua siendo positiva en la sangre incluso después de que el virus se haya terminado de replicar y continua así hasta que la infección se resuelve.
  3. Si hay una detección continua de HBsAg y/o HBeAg  sin la presencia de anticuerpos contra estos antígenos es una indicación de infección crónica.

Este tipo de hepatitis es también llamada hepatitis sérica debido a que se transmite por medio de la sangre contaminada por vía parenteral además de por vía sexual y perinatal, pero NO atraviesa placenta. Dentro de los fluidos por los cales puede ser transmitida se encuentran: el semen, las secreciones vaginales, la leche materna y claro, la sangre. 

Debido a su facilidad de transmisión parenteral en el atea medica es un tipo de infección muy común debido a piquetes accidentales con agujas con sangre contaminada. También suelen observarse en las personas que usan drogas vía intravenosa y personas que se realizan tatuajes en lugares con una asepsia inadecuada del material utilizado. Otro grupo de personas en los que comúnmente se observa este virus son en personas promiscuas o con múltiples parejas sexuales que no usan protección.

Dentro de los signos o síntomas que se observan en la infección por hepatitis B están la infección aguda o crónica que constan de lo siguiente:
  • Infección aguda: este tipo de infección es menos grave en los niños que en los adultos e incluso puede cursar sin síntomas, pero cuando presenta síntomas pueden constar de fiebre, anorexia, nauseas, vómitos y un malestar intestinal hasta que aparecen los síntomas clásicos de la hepatitis que son la ictericia, coluria y acolia.
  • Infección crónica: como su nombre lo indica este tipo de hepatitis tienen una manifestación más tardada y puede presentar un cuadro clínico inicial o moderado como en el caso de la infección aguda; sin embargo a largo plazo producirá hepatomegalia, ictericia, coluria y acolia. Dentro del riesgo de la infección crónica es que puede llegar a tener graves complicaciones como los son cirrosis hepática o carcinoma hepatocelular primaria, siendo mas comun este ultimo.
Resultado de imagen para carcinoma hepatocelular
Imagen obtenida de:
http://patob2014uezen.blogspot.mx/2014/11/carcinoma-hepatocelular.html
Además de los síntomas anteriores, cuando una persona esta infectada con hepatitis B puede comenzar a producir anticuerpos contra el HBsAg y generar una hipersensibilidad tipo III (hipersensibilidad por complejos inmues), generando exantema, fiebre, poliartritis, vasculitis necrosante aguda e incluso glomerulonefritis.

El método diagnóstico primeramente se basa en el cuadro clínico del paciente acompañado con la elevación de las enzimas hepáticas en sangre; sin embargo puede usarse la detección de anticuerpos específicos por medio de la prueba ELISA (ensayo por inmuno absorción ligado a enzimas) para conocer el estadio clínico de la infección.

Dentro del tratamiento se encuentra el uso de inmunoglobulina contra la hepatitis B y el uso de interferón, sin olvidar la prevención por medio de la aplicación de la vacuna contra el VHB la cual se debe de aplicar en tres dosis con una diferencia 1 mes y luego 6 meses.

Virus de la hepatitis C

El virus de la hepatitis C es un virus ARN que forma parte del genero Hepacivirus pertenece a la familia Flaviviridae

Este virus solamente es capaz de infectar al ser humano y a los chimpancés además puede ligarse al receptor de superficie CD81 que esta presente en los hepatocitos y en los linfocitos B.

Este tipo de hepatitis pertenece al igual que la hepatitis B a las hepatitis séricas pues su principal forma de transmisión es por la sangre de personas infectadas y por vía sexual; sin embargo NO atraviesa placenta. Debido a lo anterior este tipo de infección suele observarse en pacientes que usan drogas por vía intravenosa, personas que hayan recibido transfusión con sangre infectada y personas con múltiples parejas sexuales que no usen protección.

El cuadro clínico que se desarrolla es muy similar al que se presenta en personas con infección por hepatitis B, suele comprender fiebre, anorexia, nauseas, vómitos, dolor abdominal, hepatomegalia, ictericia, acolia y coluria. Puede desarrollarse tres tipos de infección dependiendo del tiempo de incubación que necesite el virus para hacerse presente:

Cirrosis hepatica
Imagen obtenida de:
http://arnoldoramos.com/?p=495
  1. Infección aguda: esta suele ocurrir entre los 4 a 30 días después de la infección y posee una recuperación del 15%.
  2. Infección crónica persistente: esta suele ocurrir entre los 3 a 4 meses después de la infección y se caracteriza por ser persistente y tener una alta probabilidad (70%) de progresión.
  3. Infección con progresión rápida: se da en aquellos paciente con hepatitis crónica persistente y puede evolucionar rápidamente a una cirrosis hepática en el 15% de los casos.


Las complicaciones que pueden presentarse en la hepatitis C incluyen un carcinoma hepatocelular primario o el desarrollo de cirrosis hepática, siendo este ultimo el más común.

El diagnóstico al igual que en la hepatitis B suele ser primeramente clínico y por la presencia de enzimas hepáticas elevadas en la sangre, incluso puede realizarse una prueba ELISA o un PCR (polymerase chain reaction). Dentro del tratamiento puede incluirse el uso de interferón-alfa recombinante o interferón pegilado, ya sea solos o combinados con ribavirina; sin embargo cuando la enfermedad progresa hasta el punto de la cirrosis hepática debe de realizarse un trasplante de hígado.

Virus de la hepatitis D

El virus de la hepatitis D es un virus ARN, el cual es la principal causa de las hepatitis fulminantes.

Este virus es único ya que para ser funcional el paciente debe de estar infectado también con el virus de la hepatitis B, esto se debe a que el virus de la hepatitis D posee el antígeno delta el cual necesita del HBsAg para cubrirse con el y así iniciar su replicación y síntesis de proteínas de otra forma la infección por sí misma del virus de la hepatitis D no causará enfermedad.

La forma de transmisión de este virus es por medio de la sangre infectada, el semen y los fluidos vaginales por lo cual pertenece a los virus de la hepatitis de tipo séricas. Debido a la forma de transmisión esta infección es más común en personas que usan drogas por vía intravenosa, personas que han recibido transfusión sanguínea con sangre contaminada o personas con múltiples parejas sexuales y que no usan protección.

Dentro del cuadro clínico que puede llegar a provocar se basa en el agravamiento de la infección por hepatitis B llegando incluso a causar hepatitis fulminante.
La hepatitis fulminante puede tener muchas repercusiones en el cuerpo como lo son la encefalopatía hepática por la acumulación de amoniaco, ictericia amplia y necrosis hepática masiva.

Dentro del diagnóstico para confirmar la presencia del virus de la hepatitis D se utiliza la prueba ELISA y la técnica de RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa reversa). Por otro lado, en lo que concierne al tratamiento no se tiene un tratamiento específico para la infección por el virus de la hepatitis D, lo mas conveniente es la vacunación contra la hepatitis B ya que si no hay infección por hepatitis B el virus de la hepatitis D no será funcional.

Virus de la hepatitis E

En el virus de la hepatitis E la "E" significa entérico o epidémico y al igual que el virus de la hepatitis A su aparición es aguda y su transmisión es por vía fecal-oral, es por esto último que se ve en personas con mala higiene, niños y en personas que están en condiciones insalubres y de hacinamiento.

El cuadro clínico que presenta es prácticamente igual que el de la hepatitis A incluyendo fiebre, hepatomegalia, ictericia, dolor abdominal, anorexia, acolia, coluria, nauseas, vómitos y mialgias.

Dentro de la importancia de conocer la hepatitis E es que la infección por este tipo de virus es muy grave en embarazadas llegando a poseer un 20% de mortalidad en ellas.



Si les gustó el aporte NO OLVIDEN compartirlo en sus redes sociales.

Información obtenida de: Murray, Rosenthal y Pfaller. (2013). Microbiología médica. España: Elsevier Saunders





domingo, 5 de marzo de 2017

Enfermedad de Crohn

Enfermedad de Crohn


La enfermedad de Crohn es una de las dos patologías que conforman a la enfermedad intestinal inflamatoria, la otra patología es la conocida como CUCI (Colitis Ulcerosa Crónica Inespecífica). En ambas patologías existe una respuesta inmune exagerada hacia la flora microbiana intestinal.

La enfermedad de Crohn suele observarse en pacientes adolescentes y en adultos jóvenes con una mayor incidencia en mujeres con una relación 6:1. 

Dentro de la patogenia de la Enfermedad de Crohn existen diversos aspectos que pueden propiciar de una manera más sencilla la aparición de dicha enfermedad; dentro de dichas alteraciones se encuentra la asociación con mutaciones del NOD2 (dominio de unión dos para la oligomerización de nucleótidos) que le confieren la capacidad de provocar una reacción inflamatoria más intensa de lo normal hasta el punto incluso de llegar a la lámina propia, también las características de la flora bacteriana puede llegar a influir en las respuestas inmunes que de por si se encuentran aumentadas.

El cuadro clínico con el que el paciente llega a la consulta normalmente se compone de los siguientes signos y síntomas:
  • Diarrea intermitente que puede tener diferencia de semanas o meses.
  • Dolor abdominal.
  • Fiebre.
  • Mala absorción o nutrición, que puede provocar deficiencia de vitamina B12, excreción de albumina, esteatorrea e incluso una anemia ferropriva por deficiencia de hierro.
Ademas de los síntomas previamente mencionados existen lesiones características de la enfermedad de Crohn con las cuales pueden, ayudándose con el cuadro clínico del paciente, determinar si el paciente padece CUCI o Crohn,

Las lesiones presentes en la enfermedad de Crohn pueden variar incluyendo lesiones como úlceras que pueden excavarse, hay inflamación y engrosamiento de la pared intestinal parecidas a las gomas y un fenómeno conocido como migración de la grasa que suele aparecer en enfermedades crónicas; y como estas lesiones suelen estar distanciadas unas de otras se les da el nombre de lesiones en salto o lesiones en "patrón de empedrado". Dichas lesiones pueden aparecer en cualquier parte del trayecto del aparato digestivo desde la boca hasta el ano siendo más común su presencia en el colon ascendente y la región ileocecal 

Imagen obtenida de:
http://clinicagastrointestinal.com/?page_id=1511
Las anteriores son lesiones a nivel macroscópico, pero a nivel microscópico también existen diversas alteraciones en las cuales caben destacar las siguientes: inflamación "transmural" del intestino, abscesos en las criptas de lieberkuhn y diversas alteraciones estructurales.

Imagen obtenida de:
https://mejorconsalud.com/wp-content/uploads/2014/02/Enfermedad-de-Crohn-500x400.jpg
Dentro de las presentaciones clínicas un poco más complejas existe la presencia de fistulas perianales o incluso de perforaciones intestinales; además debido a las lesiones crónicas y a los cambios estructurales que sufre el epitelio intestinal aumenta la posibilidad de desarrollar un adenocarcinoma.


DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

El diagnóstico de la enfermedad de Crohn suele realizarse por medio de las características del cuadro clínico, este también puede apoyarse con un conteo de anticuerpos ASCA (Anticuerpos anti-Saccharomyces cerevisiae) en sangre, que aunque no son 100% específicos de la enfermedad de Crohn, suele presentarse en aquellos que lo padecen y sirve para diferenciar entre la enfermedad de Crohn y el CUCI.

El tratamiento puede ser variado y puede llegar a incluir:

  1. Uso de antibióticos para limpiar la flora microbiana intestinal y así reducir la respuesta inmune que se lleva a cabo.
  2. Uso de glucocorticoides para disminuir la respuesta inflamatoria.
  3. Seguir un régimen dietético en el que se eviten comidas irritantes y grandes cantidades de fibras, así como también se recomienda una dieta de 50% de carbohidratos y el otro porcentaje balancearlo con proteínas y grasas.
  4. La resección quirúrgica del segmento de colon afectado; sin embargo esta ultima puede ser contraproducente ya que las lesiones suelen volver a aparecer en la misma zona en la que se realizó la resección lo cual vuelve necesario la realización de más cirugías llegando a producir "síndrome del intestino corto". 




Información obtenida de: Mitchell, Kumar, Abbas, Fausto y Aster. (2012). Compendio de Robbins y Cotran. Patología estructural y funcional. España: Elsevier Saunders.

   Si les gustó el aporte no olviden compartirlo en sus redes sociales.